Hoy vienes a por mí. Después de muchos casos particulares.
Después de muchos abrazos cocidos y precocinados.
Labios sellados. Cosidos a mano.
Después de turbias corrientes y palabras mugrientes.
Me parto pensando en las cosas...
Estoy sentada en la terraza leyendo "La mujer rota" de Simone de Beauvoir. Historia de tres mujeres que se debaten con palabras en situaciones sin salida. Edad, soledad, agonía del amor... Metáfora del fracaso que todo destino humano depara.
Me siento tranquila.
Estoy en una fase de entendimiento conmigo misma. Disfruto de mis noches a solas. De un buen vino. De los discos de Chet Baker. De los caprichos de yo conmigo; un helado, un paseo por la playa... De cuidarme,de decir no, de decir tal vez. De no prometer.
Hoy vienes a por mí.
Disfruto eligiendo a la gente con la que quiero estar. La mayoría de las veces he estado confundida, a pesar de tener conocimiento. Estamos llenos de información. Creemos que la cantidad es abundancia, y la riqueza felicidad. Nos ciega nuestra flaqueza. Pero en todos estos casos, pronto se me acabó el hechizo.
Como decía Tom Waits en su canción Traubert´s Blues; "No quiero tu simpatía, los fugitivos dicen que las calles no son para soñadores.
Los cazadores de homicidas y los fantasmas que venden recuerdos quieren un pedazo de la acción de cualquier manera.
He aprendido.
A veces el tiempo lo cura todo. Otras, simplemente, tenemos que dejarnos llevar.
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