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Mostrando entradas de junio, 2017

Hoy todo me rebota

Hoy vienes a por mí. Después de muchos casos particulares. Después de muchos abrazos cocidos y precocinados.  Labios sellados. Cosidos a mano.  Después de turbias corrientes y palabras mugrientes.  Me parto pensando en las cosas... Estoy sentada en la terraza leyendo "La mujer rota" de Simone de Beauvoir. Historia de tres mujeres que se debaten con palabras en situaciones sin salida. Edad, soledad, agonía del amor...  Metáfora del fracaso que todo destino humano depara.  Me siento tranquila. Estoy en una fase de entendimiento conmigo misma. Disfruto de mis noches a solas. De un buen vino. De los discos de Chet Baker. De los caprichos de yo conmigo; un helado, un paseo por la playa... De cuidarme,de decir no, de decir tal vez. De no prometer. Hoy vienes a por mí.  Disfruto eligiendo a la gente con la que quiero estar. La mayoría de las veces he estado confundida, a pesar de tener conocimiento. Estamos llenos de información. Creemos que la ca

Vuela conmigo

Cocinémonos, como si fuéramos animales.  Que alegría más tonta. Que no haya nada más. Lo veo bien.  Hoy lo veo. ¡Quién me lo diría! ¡Que vivan los idiotas! A veces pasa que te agita el encuentro de una mirada. Te despierta un interés. Te arriesgas, y pruebas. Y cuando te lanzas pasan dos cosas. Una, que no sientes nada, y como viene se va. Dos, que sientes algo que te incita a cruzar una línea que sabes que te lleva a introducirte en una aventura por descubrir. Es curioso, cómo en la vida cada decisión tomada constituye una bifurcación en nuestra historia. Pasa porque queremos ver en los demás lo que nos falta. Y al final, llegamos a la conclusión, que eso que creíamos que nos faltaba no era importante, ni era lo que nos iba a llegar a hacer sentirnos especiales. Eso no se puede forzar. Se da o no se da. Querer saber que está haciendo esa persona, echarla de menos, pensarla, tenerle ganas todo el rato. Eso es síntoma de que lo inesperado te cambia la vida

¿Qué son los diamantes?

Los diamantes son simplemente piezas de carbón hechas con paciencia. Nada es tan bueno, ni tan malo. Dejemos el todo y el nada a un lado. No hay que ser tan extremista. Ni tan exquisito. La vida son momentos. La vida está dándonos continuas pistas. Es como saborear por primera vez un vino joven de tu propia cosecha. Y volver a hacerlo después de unos años.  ¿Os gustan las gymkhanas?  Ni lo que parece, se parece. Cada momento es único. Dios no juega a los dado. Einstein por alguna razón creía en Dios y se equivocó.  Las leyes de la física, hasta la llegada de la física cuántica siempre han tenido la concepción de un universo regido por un orden preestablecido, y Einstein tenía la misma perspectiva filosófica. El tiempo no se para. Intentemos seguirle, porque amenaza siempre con irse rápido. Lo más seguro, que cuando se pare no avise. Y nosotros, tenemos que ir con él. Son las reglas del juego.  Participas por narices.  C reemos que la cantidad es abundancia, y la riqu