Para nosotros, artistas, es importante dejarnos ver en sociedad de vez en cuando, lo suficiente para recordar que no somos unos salvajes.
Todas las personas pueden llegar a tener la reputación de un ser civilizado.
Haciendo el balance del año, tengo la extraña sensación de que año tras año experimento penas maravillosas. Por eso, sigo disfrutando de, como decía Baudelaire, los oficios fúnebres, y el buen vino.
Los sentidos pueden purificarse, y la inteligencia degradarse. Realmente nos equivocamos siempre respecto a nosotros mismos, y comprendemos rara vez a los demás. La experiencia es tan poca cosa como la conciencia misma.
Fotografía de J.J. Esteban |
Algunas obras están ocultas al mundo. Existen ideales invisibles, cuyos recuerdos nos persiguen como un sueño exquisito. Pero al final esos ideales se caen y te das cuenta que la vida es tuya, y el tiempo también.
El arte suele ocultar al artista, mucho más de lo que lo revela. Aunque el arte es la esencia en sí, para el que sabe escucharlo.
El arte suele ocultar al artista, mucho más de lo que lo revela. Aunque el arte es la esencia en sí, para el que sabe escucharlo.
Tengo la sensación de que me he desprendido de algo mío. He caído, y me he levantado. He llorado, pero sigo siendo dura. He ganado alguna batalla, y perdido muchas más.
Pero te diré una cosa. Me he perdido en el camino y arrancado mi piel. Me he engañado, y me he reconocido. La vida no está dirigida por la intención. Se trata de nervios bien puestos, pasión, sueños, amor.
Pero jamás estás a salvo de caer. Porque en cualquier momento puede volver un verso de un poema que ya no recordabas, pero que de repente regresa a tu memoria. O la cadencia de un tema musical que ya no tocabas.
Nuestra vida depende de tantas cosas, y de tan pocas... Hasta el más valeroso de nosotros, tiene miedo de sí mismo. Estamos castigados por nuestras negaciones. Y esas acciones nos llenan de veneno. Los grandes sucesos ocurren en el celebro. Si quieres algo, ¡haz que suceda!
Pero te diré una cosa. Me he perdido en el camino y arrancado mi piel. Me he engañado, y me he reconocido. La vida no está dirigida por la intención. Se trata de nervios bien puestos, pasión, sueños, amor.
Pero jamás estás a salvo de caer. Porque en cualquier momento puede volver un verso de un poema que ya no recordabas, pero que de repente regresa a tu memoria. O la cadencia de un tema musical que ya no tocabas.
Nuestra vida depende de tantas cosas, y de tan pocas... Hasta el más valeroso de nosotros, tiene miedo de sí mismo. Estamos castigados por nuestras negaciones. Y esas acciones nos llenan de veneno. Los grandes sucesos ocurren en el celebro. Si quieres algo, ¡haz que suceda!
Feliz 2017
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