¿Se está cargando su imagen de marca?
Una reputación dudosa y un alcance masivo
La horrible actuación de Miley Cyrus en los VMA edición 2013 toco la cima de la estrategia de rebranding iniciada en 2011, momento en el que la serie Hannah Montana tocaba a su fin.
Además, en esa misma fecha, lanzaba su álbum “Bangerz”, que ha logrado posicionarse en el primer puesto de ITunes en más de media centenar de países, y cuyo vídeo “Wercking Ball” se ha situado en el primer puesto de la Billboard Hot 100.
El rebranding personal es un proceso de evolución, ya que las personas crecen y con ellas su personalidad, gustos o actitudes. Por ejemplo, en la actual situación de crisis en el mercado laboral español, muchos candidatos reinventan sus perfiles adquiriendo nueva formación en otra dirección, para alcanzar sus objetivos. Eso sería un rebranding personal.
Pero en esta ocasión, y como ha pasado con muchos artistas, se pretende llevar el rebranding a extremos, tanto, que llegan a generar una imagen provocativa y agresiva de la marca, como es el caso de Miley Cyrus.
El rebranding de Miley Cyrus, está direccionado precisamente a remarcar su desvinculación con Hana Montana. Con un objetivo muy claro, que es vender. Y correr la maratón de las grandes del pop .(ya ha conseguido estar más cerca de Lady Gaga, hasta ahora la estrella fulgurante del momento). Aunque las comparaciones son odiosas, y en VMA edición 2013 Miley Cyrus protagonizo una copia barata de lo que representa Lady Gaga.
Además, la estrategia de los asesores de Miley fue demasiado forzada en mi opinión. No creo que fuese la manera más acertada la de ir a recoger el premio y encender un porro de marihuana delante de todos los espectadores.
En el instante de su actuación ya estaba su nombre en los topics de Twitters, y quemando las demás redes sociales. Todos hablaban de la actuación de los MTV junto a Robin Thicke.
En mi opinión, no creo que hayan acertado con la imagen de rebranding. La marca personal de la vocalista parece no ser coherente ni auténtica. Y si no hay autenticidad, tarde o temprano todo va cuesta abajo.
De momento Vogue desechó la idea de convertir a la cantante en su portada de diciembre, por considerar no apta la actuación que realizó en los renombrados premios.
En el lado opuesto de rebranding se puede encontrar a Taylor Swift, con una estrategia de comunicación continua pero pausada, con un crecimiento de la cantante progresivo y basado en valores como excelencia musical o actitudes como la de componer. Una estrategia mucho más fuerte en reputación y verosimilitud.
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