Cuando retrocedes en el tiempo y piensas un momento determinado del pasado, te detienes un rato y partes desde allí al presente, te das cuenta de que has conseguido pasar niveles de tu vida.
Te das cuenta que, paso a paso has ido realizándote. ¿Quién te diría que ibas a hacer tantas cosas en estos 25 años?
Cuando te detienes a pensar, te das cuenta que hay gente que ha entrado muy profundamente en tu vida, y otra que se ha ido de ella sin decir ni si quiera hasta otra. También te das cuenta de que has llorado de alegría, de tristeza, de dolor...
Has podido sentirte viva muchas veces, respirar profundamente y sentir una sensación de paz y tranquilidad en casa, en la calle, sola, acompañada, en otros lugares...Marruecos, Inglaterra, California, España... Has gritado a los cuatro vientos lo feliz que eres, o bailado y brincado en medio de un prado verde de la sierra de Gredos y has gritado fuerte Timbawa en la cima de los montes de Euskadi.
En esos niveles de tu juego de vida, tu has sentido miedo de perderlo todo. Has arriesgado sin saber, has perdido por confiar en progresar, has soñado y has visto mundo gracias a la libertad que te han proporcionado tus tutores, tus estupendos padres.
Has aprendido de gente que ha tropezado en tu camino, alguna gente sincera, honrada, soñadora, enérgica, sincera, mala, envidiosa, depresiva, infeliz, gente con ganas de vivir, inquieta, con ganas de comerse el mundo, gente experimentada, y gente inocente. Con mucha mucha gente increíble del mundo!! Gente con algo que contar!
Has aprendido que las cosas más bonitas de la vida no son cosas, y que la vida se consume cuando menos te lo esperas. Has caído, y has levantado. Has visto y observado. Por eso, quieres seguir exprimiendo cada minuto de tu vida, y seguir gritando tu propia melodía. Esa que te impulsa a hacer todo lo que quieres hacer.
Tú eres tú, y tu vida es tuya.
TIMBAWA
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