Hoy España vive una situación de crisis que afecta directamente al sector terciario, y sobre todo al ocio. Este año tengo la suerte de ser patrocinada por una marca, gracias a la cual he podido desempeñar mi trabajo. Y gracias a esta tranquilidad económica que directamente pasaba de la marca a mi bolsillo, sin tener que pelearme con los intermediarios, he podido desarrollar bien mi trabajo. Pero cuando esto acabe me veré en una situación muy diferente. Y es que hoy día, las salas de conciertos no nos lo ponen nada fácil. Y es que se está dando una situación de perder dinero trabajando. Y yo me pregunto; ¿Tenemos que pagar por agradar?
Lo que tu pagas cuando vas a ver un concierto es el total del sacrificio, horas de estudio, de ensayos, el alquiler del local clases, los instrumentos que hemos comprado, las cuerdas, baquetas, parches que hemos roto, los desplazamientos… todo, a cambio de cuanta gente me vais a traer para que yo me lleve un porcentaje de taquilla y las copas.
Con esto quiero haceros ver que ya no solamente estamos haciendo nuestro trabajo, también hacemos de relaciones pública, técnicos de sonido, fotógrafo, cámara, pegamos nuestros carteles...y al final, para un “hoy no tengo dinero en la caja, no puedo pagaros”, o bien para que al final de todo te digan que no se han cubierto los gastos y que lo sienten mucho… y tu piensas “¿Qué gastos si la sala estaba llena y nosotros hemos movilizado a amigos y amigos de amigos?” Y para que después de todo el esfuerzo, se llenen otros bolsillos que no son los nuestros… Y esto en el mejor de los casa cuando no tienes que alquilar una sala cubriendo con creces la abertura de esta. Hablamos de cifras de 600- 800 euros de alquiler por dos horas de concierto. ¿Estamos locos?
Sara Nievas
Comentarios
Publicar un comentario
Dejar vuestro comentario acerca del post