Las
tarifas eléctricas pasarán a la historia del sector el mes de abril, ya
que en los últimos años, el precio de la luz para los consumidores
domésticos se ha encarecido casi un 55% desde 2006. En 2011, un 11,3%;
un 9,6% en 2010, un 7,6% en 2009, un 8,9% en 2008, un 2,8% en 2007 y un
5,3% en 2006.
Si
comparamos España con el resto de países de la Unión Europea, la
factura energética está en el rango alto. Pero ¿a que se debe?
Las
compañías eléctricas aseguran que les cuesta más producir energía de lo
que cobran en los recibos, y esto ha provocado un déficit millonario
con una solución de subida a los consumidores. Pero si se pretende
acabar con el agujero, haría falta más de un 20% de subida según
informa la CNE. Por ello, está claro que las subidas constantes en el
precio de las tarifas energéticas no son la solución.
¿Qué podemos hacer para solucionar el problema?
La
propuesta se denomina autoconsumo por balance neto. Tarifa regulatoria
que lograríamos, si generáramos energías limpias en el punto de
consumo, autoconsumiendo y volcando el sobrante generado por ellos a la
red. Con ello, una parte equivalente a esa energía volcada en el
transcurso del año se descontaría del consumo eléctrico convencional de
los ciudadanos para ese mismo periodo.
Por ello, incrementar la tarifa eléctrica no es la solución. Necesitamos el Net-metering, y ¡lo necesitamos ya!
Con
la aprobación de la medición neta seremos capaces de ahorrar energía,
ya que volcaremos la electricidad generada a partir de tecnologías de
energía renovable al sistema de distribución electrica y asi
compensaremos los costos futuros de electricidad. De esta manera
podremos llegar a ser independientes energéticamente y pagar una
factura regular todos los años.
Una mentira del lobby energético
Las
energías renovables no son la consecuencia de la subida de la tarifa
eléctrica. Ni son más caras que las energías fósiles. Al contrario.
Gracias a las energías renovables estamos democratizando el sector,
para que los consumidores sean capaces de decidir gracias a la
liberalización de los mercados energéticos. Esto llevará a bajadas en
los precios de la energía y además llevarnos a una regulación de los
precios energéticos.
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