No debe sorprender a nadie los sucesos de abusos sexuales cometidos por el clero en distintos lugares del mundo. Desde la Edad Media se viene hablando de esto. Hemos visto películas y leído novelas en las que esto sucedía. El problema es que el poder de la Iglesia ha tapado todos estos abusos, y nadie se ha atrevido a hablar.
Esta estrategia de ocultamiento de hechos, les ha funcionado. Pero a medida que la iglesia ha ido perdiendo poder, el miedo hacia ésta ha ido siendo menor. Lo que ha provocado que los medios de comunicación revelen los casos de abusos sexuales cometidos por el clero por todo el mundo ya que las victimas han sido escuchadas.
Hay que decir, que el gobierno siempre ha sabido de algunos de estos hechos. Pero no han ejercido acción penal porque preferían utilizar esta información para negociaciones políticas. Es decir, que cuando la Iglesia empieza a presionar o ataca a algún funcionario público, la información sobre abusos sexuales es usada para contener a los curas.
Benedicto XVI, antes de ser nombrado papa fue director de la Inquisición, y su función fue encargarse de mantener en secreto los abusos, violaciones, etc. que pudieran cometer los curas, obispos… Es decir, que la iglesia lleva una política mundial de secreto y control absolutos de todos los casos de abuso sexual cometidos por el clero. Pero en realidad, esto es una política escrita para cubrir casos de abuso de menores dentro de la Iglesia y poder castigar a aquellos que puedan llamar la atención acerca de estos crímenes cometidos por los eclesiásticos. Es decir, el control de los y las agredidas, con el objetivo de contener y controlar en problema. Y nada de ayudar a las víctimas.
Además, es tal el secretismo con el que se han llevado los abusos durante tanto tiempo que existían muchos métodos para no ser descubiertos, como
médicos empleados en hospitales católicos que dicen haber sido presionados a realizar abortos a religiosas y a otras jóvenes llevadas allí por sacerdotes.
La iglesia no solo ha cometido crímenes carnales, sino que también está acusada de lavado de dinero, de no pagar los impuestos del Vaticano, etc. Este cúmulo de hechos hace que la iglesia este logrando una imagen negativa y se vea ésta como uno más de los corruptos que está haciendo crecer sus millones. También se habla de crímenes organizados por intereses, encubrimiento de asesinatos a propios cardenales y obispos, etc.
Con ello, se puede ver que la iglesia tiene una doble cara. El poder ha hecho que ésta se haga rica y juegue a dos bandos; El Opus Dei, la iglesia de los ricos que también ha ido logrando perder su reputación, y la de los pobres, seguidores de nivel bajo que pueden ser dirigidos fácilmente como a ésta le interesa, que sigue perdiendo seguidores.
La iglesia se debe empezar, y de hecho, se ha empezado a preocupar porque sus políticas comunicativas dejan mucho que desear. El secretismo con el que han jugado está perjudicándoles continuamente, por lo que para cambiar esa realidad ayudaría el favorecer una información transparente sobre los temas eclesiales de interés social.
No se han dado cuenta que una libre comunicación desarrollará la opinión pública y hará que se vea la iglesia como algo legal, algo claro.
El populismo invisible para la sociedad ha provocado el desarrollo de políticas y prácticas injustas. Pero que pueden intentar frenar esta situación de emergencia e intentar volver a conseguir una reputación e imagen positiva.
La reflexión de la Iglesia católica va madurando y evolucionado a la par del contexto histórico, cultural y tecnológico de los instrumentos de comunicación social, sin olvidar en ningún momento que estos medios de comunicación continúan en desarrollo e incidiendo cada vez más en la sociedad.
En este sentido la comunicación social y sus medios no puede ser sólo intrumentalista, es decir, ver la comunicación dentro de la Iglesia sólo como algo meramente técnico; sino como una acción transversal al actuar de la Iglesia que con lleva una forma de expresarse, de escuchar, de estar atentos a los signos de los tiempos y la cultura de hoy.
También es importante trabajar el rol de los católicos en la vida pública y la incidencia de la misma Iglesia en la opinión pública de la sociedad, invitando a los en particular a los ministros de culto, a ser líderes de opinión.
La iglesia debe comunicar los valores evangélicos de manera positiva. Muchos no están contentos con la forma como ésta es presentada. Para eso debe de existir un interlocutor entre la Iglesia y la sociedad, y la sociedad y la Iglesia. Además de optimizar el uso de los medios de comunicación católicos, haciéndolos más actuantes y eficaces. Que exista un acercamiento hacia todos los target. Esto se lograría si se actuar con los artistas, deportistas, profesionales de la moda, periodistas, comunicadores y presentadores, así como con los productores de información en los medios de comunicación, con los intelectuales, profesores, líderes comunitarios y religiosos.
La iglesia tiene que trabajar la comunicación y usarla como arma para captar más discípulos. Escuchar y comunicar, dialogar y comprender.Y sobre todo servir a todo el quehacer comunicacional de la Iglesia, poner todas nuestras capacidades, tecnología y nuevos lenguajes.
Una forma interesante de acercarse a sectores que han perdido por completo el interés, es con algo que estas personas se identifican. Siempre ha gustado a la sociedad lo místico, por ello, la iglesia podría hacer de ésto una fortaleza. “Las Crónicas de Narnia”, “Matrix”, “The Ghost Rider”, “Harry Poter”, “el Señor de los Anillos” son películas cuyo éxito que proyecta una experiencia de tipo espiritual, que gusta a este público y con el que se podría trabajar. En documentales, programas de interés humano y películas de ficción, la religión y los temas de historias espirituales gustan. Los sitios Web de naturaleza religiosa y espiritual o sobre natural proliferan en Internet.
Por ello hay que tener en cuenta los nuevos espacios como la realidad virtual, que son el nuevo lugar de diálogo entre la Fe y la Cultura, esto conlleva el uso de códigos y categorías específicas de esos medios; no se puede obligar a los jóvenes a ver con los parámetros de una generación pasada.
Para concluir, diría que la comunicación eclesiástica ha ido perdiendo su credibilidad a la vez que ha ido perdiendo poder social. No se han dado cuenta que la iglesia ha ido necesitando un cambio de códigos y formas para seguir el ritmo evolutivo de la sociedad. Esto ha llevado a que la iglesia no sea hoy día una institución muy fiable, bien por los casos de abusos que se han ido e irán destapando, y por otro por su mala política comunicativa y estrategia de relaciones públicas. Ahora será muy dificil frenar la imagen negativa de la iglesia, no obstante se podrá parar e intentar mejorar la reputación de ésta si se corta de raíz el problema y se hace una comunicación transparente. Es decir, borrón y cuenta nueva.
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